La Canon 1000D puede considerarse una de las mejores cámaras de nivel básico gracias a su enfoque automático de 7 puntos, su sensor de 10,1 megapíxeles y su función de visualización en vivo. Aunque en comparación con las cámaras modernas parece anticuada desde el punto de vista tecnológico, sigue siendo una cámara con cierto atractivo entre los amantes de la fotografía. El diseño es típico de las cámaras de la serie EOS con predominio del material plástico en la estructura y un buen agarre en el lado derecho. Todas las teclas de función son fáciles de alcanzar y usar mientras se sostiene la cámara. El mencionado sistema de autoenfoque de 7 puntos permite enfocar la imagen de forma óptima y sobre todo con cierta velocidad. El objetivo suministrado también garantiza que pueda tomar fotografías de calidad válida con cualquier apertura focal. Todo ello permite obtener imágenes de buena calidad capaces de satisfacer las necesidades de un fotógrafo aficionado, asegurando un buen detalle en las imágenes obtenidas. Iniciar la Canon 1000D es bastante rápido incluso si la velocidad de disparo no es alta. El sistema de sobreexposición también es bueno aunque en algunos casos hay tendencia a la sobreexposición, con luces ligeramente altas. En definitiva, estamos ante un producto que, a pesar de no contar con un equipamiento tecnológico acorde a los tiempos, sigue siendo capaz de proporcionar una buena satisfacción a los fotógrafos aficionados.